La Responsabilidad Comunicativa se refiere al deber ético de los individuos y organizaciones de ser transparentes, precisos y éticos en su forma de comunicar. Esto implica:

  • Claridad y precisión: Asegurarse de que la información proporcionada sea clara, correcta y no induzca a error.
  • Transparencia: Ser abierto y honesto sobre las intenciones detrás de la comunicación.
  • Respeto y empatía: Considerar el impacto de nuestras palabras en los demás y comunicarse de manera respetuosa y empática.
  • Consistencia: Mantener un mensaje coherente y consistente a lo largo del tiempo para evitar malentendidos.

La Responsabilidad Comunicativa es crucial para construir confianza y credibilidad tanto en relaciones personales como profesionales.

Este Post pertenece a la serie de estudio sobre la Responsabilidad Social Comunicativa de las Instituciones (RSC) de nuestro OBSERVATORIO, que tiene como objetivo realizar un diagnóstico anual de la valoración de los ciudadanos sobre el comportamiento SOCIALMENTE RESPONSABLE de las instituciones, los ciudadanos y su incidencia en la sociedad.

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